Impresionismo
Como dijimos en clase, lo que vamos a abordar ahora es el proceso a través del cual aparece el movimiento moderno en el arte.
Este movimiento se caracteriza por una ruptura conceptual y práctica con la tradición, la cual tiene que ver con muchas variables, tanto sociales y culturales, como propias del campo del arte.
Su primer antecedente es el Romanticismo, a partir de las noción de libertad individual. No sólo los temas del arte dan un giro, sino también el punto de vista desde el que son abordados. Como consecuencia de un cuestionamiento generalizado de las normas y los valores el academicismo es puesto en tela de juicio.
Es sin embargo el Romanticisimo tardío, posterior a los años de 1830, el que de una manera más definitiva contiene las bases para el desarrollo del arte moderno.
Uno de los problemas en la historia, al menos desde el punto de vista didáctico es la ubicación de la época moderna, en donde de pronto parece que han sucedido varias modernidades.
La primera modernidad es la del humanismo renacentista. Inaugura un retorno a la centralidad del ser humano. La racionalidad en muchos de los aspectos que hoy consideramos modernos, se libera de las limitaciones del pensamiento religioso; de ahí el desarrollo técnico y científico, los descubrimientos geográficos, el surgimiento de las primeras empresas que anticipan ya los procesos de las futuras economías capitalistas, la organización política de los nuevos estados nacionales que comienzan a formarse. El sujeto, ser pensante, se aproxima al objeto, lo define y lo controla. A esta primera modernidad le interesa apropiarse de lo real. Su impulso ya es pragmático, si bien no se trata de un impulso ampliamente extendido: convive, por ejemplo, con la Inquisición, la cual no es solamente prejuicio, sino también una institución política que depende del poder del papado en Europa. El pensamiento de Maquiavelo y Descartes son sus producciones. La perspectiva geométrica también lo es, así como las complejas y variadas investigaciones e invenciones de da Vinci.
La segunda modernidad es la de la Revolución Industrial, que inicia en Inglaterra hacia el año de 1750 y que dura hasta 1840. Sus antecedentes se encuentran en el siglo XVII con la revolución agrícola y la revolución científica, también en Inglaterra. Este periodo incluye, como ya se habrán dado cuenta, a la Ilustración, la Independencia de los Estados Unidos, la Revolución Francesa, la declaración de los derechos humanos, el desarrollo del primer capitalismo, las bases para la democracia, la emergencia de la burguesía como clase dominante, así como varias de las guerras de independencia en Latinoamérica. Esta es la “modernidad” en donde aparece el romanticismo en las artes.
La tercera modernidad es la de la etapa de la revolución industrial que va de 1880 a 1914, que es la etapa que nos interesa por lo pronto, desde el punto de vista del Impresionismo como movimiento focal, a partir de las artes plásticas, y que encuentra un posterior desarrollo en la música y que, como nos hemos propuesto en el curso, es probable que presente equivalencias en otras artes, aunque éstas sean identificadas de otro modo: ballet moderno, en el caso de la danza, o realismo social, en el caso del teatro. En el cine, por ejemplo, que inicia su historia en 1895, el desarrollo es distinto, pues en sus primeras producciones es documentalista, por un lado, y por otro se orienta hacia el ilusionismo fantástico. Esto sin embargo cambia rápidamente, si bien es posible identificar algunos rasgos impresionistas en el tratamiento de la imagen. Sin embargo el primer movimiento internacional en que se involucra el cine, aún en su época muda, es el expresionismo alemán, que tendrá una larga influencia, por ejemplo a través del cine negro de los años 1930, que perdura como una constante estilística incluso hasta la fecha. Sí existió un movimiento impresionista en el cine, pero fue posterior al expresionismo, a diferencia de lo que sucedió en la plástica o en la música.
En cuanto a esta tercera modernidad, algunos factores que la caracterizan son:
- La aplicación de la ciencia y tecnología permitió el invento de máquinas que mejoraban los procesos productivos.
- La despersonalización de las relaciones de trabajo: se pasa desde el taller familiar a la fábrica.
- El uso de nuevas fuentes energéticas, como el carbón y el vapor.
- La revolución en el transporte: ferrocarriles y barco de vapor.
- El surgimiento del proletariado urbano.
Algunas fechas, en las cuales se concretan algunas de las producciones más representativas de esta época, son:
1814 Se construye la primera locomotora
1827 primera fotografía nicéphore
1830 primera línea de ferrocarril
1831 daguerre
1880 Automóvil (Daimler and Benz)
1880 Fonógrafo
1895 Cine
1903 Avión
1907 Ford modelo T
1912 Tango
1912 Ragtime
Por otro lado, en esta etapa se desarrollan teorías que cambian radicalmente la perspectiva del ser humano con respecto a la noción del mundo, de la sociedad y del sujeto, como es el caso del marxismo, la teoría de la evolución de las especies, el psicoanálisis, el nihilismo, la teoría de la relatividad.
Hay una cuarta concepción de modernidad, que es la que actualmente vivimos, que es la época del predominio de los capitales financieros y las corporaciones por encima de los estados nacionales, la globalización, la industrialización del campo, la sociedad de consumo y del espectáculo, y que algunos autores identifican como “modernidad postindustrial”, “modernidad tardía”, o “tardomodernidad”, en la cual, según uno de estos autores (Alain Touraine), vivimos un proceso de “desmodernización”. Según otros, en especial en lo que respecta a las artes (pero no en exclusiva), nos encontramos en una etapa posterior a la modernidad, en donde los estilos anteriores son “reciclados” y actualizados, en una apertura integradora libre de los prejuicios elitistas de las vanguardias y de la carrera inagotable por la originalidad y el cambio permanente.
En cuanto al proceso del surgimiento del arte moderno que interesa para el curso, tenemos por un lado a la resolución, con sus características:
Resolución
(Arte imitativo)
· Relación se semejanza con la realidad empírica
· Finalidad: la ilusión
· Expone: una representación
· Imita: el espacio empírico
· Reproduce percepciones
Y por otro, a la configuración, como ya habíamos visto:
Configuración
(Arte simbólico)
· Relación ambigua con la realidad empírica
· Finalidad: la invención
· Expone: símbolos
· Crea una totalidad imaginaria
· Crea configuraciones
El concepto general, en este caso, es que la REPRESENTACIÓN, a través de la “disolución de la forma”, tiende a la CONFIGURACIÓN.
¿Qué forma?
Pues la forma imitativa, a la cual Werner Hoffman identifica como Realismo Artístico, es decir, el ilusionismo que aparenta la tridimensionalidad en una superficie bidimensional.
Sin embargo, a final de cuentas, este Realismo Artístico revela, desde el Renacimiento, que la forma representada no es idéntica a la imitación de las impresiones percibidas, sino que, a fin de cuentas, desarrolla su propia configuración.
Leonardo DaVinci había observado que en la manchas y en las formas indeterminadas de la naturaleza, la fantasía reemplazaba a la imitación. Por lo tanto la pintura ilusionista, al enfrentar este problema, se veía frente a la necesidad de aceptar a la naturaleza en su confusa ausencia de reglas, que en la representación pictórica se tradujo a una forma de ejecución basada en cierta “negligencia formal”, en el sentido de capturar lo transitorio, lo vívido y lo espontáneo que, como en el caso de la ESCUELA VENECIANA DE PINTURA, presentaba ejemplos de disolución de la forma, a diferencia de las tendencias clasicistas y su reproducción más detallada y exacta.
Esto significa que dentro del Renacimiento mismo se genera una gradual respuesta anticlasicista (escuela veneciana, manierismo) que se independiza de la exactitud hacia la improvisación y la espontaneidad, que conducen al Impresionismo. Loa antecedentes inmediatos de este movimiento, lo conforman los pintores del realismo francés del siglo XIX, que son pintores de las formas confusas en la naturaleza. Pintores de la luz y el paisaje, que más allá de la realidad inmediata objetiva, se orientan hacia lo inasible, lo ilimitado y lo inconstante.
De ahí que el calificativo “impresionistas”, que en un principio tuvo un sentido peyorativo, no dejara de contener cierta verdad, pues el registro del acto visual espontáneo buscaba capturar la impresión del momento, en la confusión desbordada del instante. El resultado fue la permanencia de los figurativos, pero bajo una presentación inacabada, que en su confusión formal, a veces incluso borrosa, captaba la viveza de la luz, el movimiento y el ritmo interior de los acontecimientos. Por eso los impresionistas liberan la superficie pictórica a la “traducción” de cada objeto como una suma de estímulos cromáticos.
Werner Hoffman observa, con respecto a la temporalidad de los cuadros impresionistas, que su “dimesión temporal de la variabilidad es continua: nada es, todo acontece, cambia el contorno, la sustancia y el color.”
El mismo Hoffman describe el procedimiento que los lleva al rechazo de las convenciones visuales, y que consiste en que “el pintor descompone los colores, en los que el mundo físico se muestra al ojo, en un tejido de colores espectrales, a cuya ‘mezcla óptica’ tendrá que dedicarse el observador. El trazo básico es una pincelada corta, análoga a la coma, que forma la estructura centelleante y rítmica del cuadro, y que se aplica indistintamente a los diferentes contenidos objetivos.”
En estas características está el gran alcance de la pintura impresionista, pues a través de esta “ambivalencia de la pincelada impresionista”, según Hoffman, da inicio la liberación de los medios artísticos que caracteriza al arte moderno, y que posteriores movimientos llevarán hasta los límites mismos del concepto de arte.